Durante este fin de semana, nuestra Hermandad vivió muy intensamente la celebración del Corpus Christi.
En primer lugar, el viernes, acompañamos a nuestros hermanos de la Santa Cena en el tercer día de Triduo de su titular cristífero. Posteriormente tuvo lugar la exaltación de la Eucaristía, realizada por D. Ramón Garrido a quien también acompañamos junto con un gran grupo de feligreses de San Ildefonso.
El sábado, acompañábamos a nuestros hermanos de la Soledad, también en el tercer día de Triduo en honor, en este caso, del Santísimo Sacramento.
Ya el domingo, Almería vivía la celebración del Corpus Chirsti. Para ello, nuestra Hermandad, como viene siendo habitual, monto un Altar para alabar el paso del Santísimo Sacramento.
De esta forma, la priostía preparó un altar que estaba presidido por la imagen de San Ignacio de Loyola, perteneciente a la Parroquia homónima del barrio de Piedras Redondas. Con la imagen, la Hermandad quiso conmemorar en este altar el V Centenario de la Compañía de Jesús, siendo este denominado como Ignatius 500. Se conmemora la experiencia que transformó para siempre a su fundador, Ignacio de Loyola y dio lugar a una espiritualidad que ha facilitado el encuentro con Dios de multitud de personas de generación en generación.
Como centro principal, como no podía ser de otra manera, encontramos el pan y el vino. Cristo es centro de todo cristiano, y por ende de todo cofrade. A Él por siempre honor y gloria, por los siglos de los siglos.
Durante esa mañana, nuestro Sr. Obispo D. Antonio Gómez Cantero visitaba el Altar y compartíamos con él y con nuestras hermanas las Siervas de María un momento de alabanza.
Ya por la tarde, nuestra Hermandad asistía corporativamente a la procesión del Corpus Christi, viviendo activamente esta celebración.
