Historia de la Hermandad

La Almería que recibe a la Esperanza

El mundo cofrade almeriense parecía salir de esas décadas tan complicadas de los sesenta y setenta en las que muchas cofradías estuvieron a punto de desaparecer e hicieron milagros para hacer prevalecer la Semana Santa en nuestra ciudad, a pesar de haber vivido momentos de gran recuperación y dinamismo tras la Guerra Civil. Entrados ya en los años 80, el mundo cofrade almeriense vive un periodo de auge sin precedentes que se debió al acercamiento de los jóvenes al mundo de la piedad popular y de la inclusión de la figura de la mujer en todos los estamentos de las cofradías. Así, en 1980 surgirá la primera nueva Hermandad de este periodo, la Hermandad del Perdón. Tres años más tarde, en 1983, surgiría la Hermandad de la Santa Cena, cuya historia estará ligada a nuestra Hermandad desde incluso antes de que surgiéramos. «La juventud está elevando la Semana Santa», recogía La Voz de Almería en 1985. Y fue esa juventud entusiasmada por el mundo cofrade almeriense la que daría origen a nuestra Hermandad.

de sueño a realidad

Concluía la Semana Santa de 1986, con trece hermandades en la nómina (aunque también lo estaba ya la Santa Cena a pesar de que aún no había podido realizar su primera salida procesional) cuando un grupo de jóvenes, ex directivos de la Hermandad del Santo Entierro, emprendieron el sueño que hoy todos los macarenos disfrutamos. Esos jóvenes, D. Pedro Fernández Muñoz, D. Antonio Navarro del Pino y D. Carmelo Ortiz González, con tan solo 20 años, emprendieron su sueño de fundar una hermandad que representara la Sentencia de Cristo, sueño que llevaba rondando su cabeza mucho tiempo. Así, el 6 de mayo de 1986, estos jóvenes fundarían la Hermandad de la Sentencia, nombre que no duró mucho tiempo porque en una de las primeras reuniones que mantuvieron en ese origen, como cuenta uno de los propios hermanos fundadores, D. Antonio Navarro del Pino, «más por azar que por conocimiento, nos topamos con Ella» y desde ese momento supieron que tendría que ser el núcleo de esa hermandad que estaban tratando de erigir. Ese azar llevó a que a través de una famosa enciclopedia de la Semana Santa de Sevilla, esos jóvenes descubrieran que la Virgen que acompañaba al Señor de la Sentencia era la Macarena y que podía ser bonito que en Almería ocurriera lo mismo, ampliando aún más la universalidad de la devoción macarena.

Así, el día 10 de mayo de 1986 tiene lugar la primer reunión oficial de la Hermandad, ya nombrada como Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena, en el Bar Montenegro de la Plaza del General Castaños. En ella se elige por mayoría de los presentes a D. Pedro Fernández Muñoz como hermano mayor, quedando oficialmente fundada nuestra Hermandad. Se decide también que el escudo de la Hermandad se le encargará a D. Jesús López Gay, quien realizaría el conocido popularmente como el “aguilucho”.

Primer escudo de la Hermandad 

En la siguiente reunión celebrada el 17 de mayo de 1986 se nombró a la primera Junta de Gobierno y se declaró el número 3 de la Calle Quintana, la casa familiar del teniente hermano mayor D. Antonio Navarro del Pino, como la primera casa de Hermandad. Es importante recalcar en este punto, que desde el primer momento, los cofrades que fundaron la Hermandad tuvieron presente la necesidad de la aprobación de los Estatutos por parte del Obispado para constituirse como Hermandad de facto. Pero esto no ocurrió hasta transcurridos unos años, puesto que entonces era necesario que hubieran pasado dos años de pertenencia en una Parroquia para que pudieran ser recibidos y aprobados por el Obispado, por lo que, a pesar de que internamente y en las actas se habla de “Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena”, oficialmente, nuestra denominación era “Asociación Cultural Macarena” siendo la persona que encabezada dicha asociación el presidente de la misma, no el hermano mayor.

Carta recibida de la Hermandad de la Macarena de Sevilla

Volviendo a mayo de 1986, los fundadores de nuestra Hermandad era conocedores de la negativa a la Hermandad de la Santa Cena de nombrar a su titular mariana como Esperanza Macarena. Por ello, decidieron dar un paso más, no quedarse en ese «no» y presentarse presencialmente en la Basílica de la Esperanza Macarena de Sevilla para hablar con la junta de gobierno de la Hermandad matriz de la devoción a la Esperanza Macarena para trasladarle los deseos que mantenían de fundar una Hermandad homónima en Almería. Fue el 20 de mayo de ese año, cuando es recibida la carta con la respuesta afirmativa de la Hermandad sevillana, siendo esta noticia muy bien acogida  por la junta de gobierno que vio cómo ese deseo de fundar la Hermandad de la Macarena de Almería era una realidad. 

Se emprendió  entonces la búsqueda de la sede canónica, pero debido a las negativas de las parroquias solicitadas, se decide centrar los esfuerzos en la búsqueda del imaginero para que tallara a la Esperanza Macarena. En esa búsqueda, la buena relación de los directivos con miembros de la Hermandad del Prendimiento y especialmente con el entonces prioste D. Manuel Marín Soroche quien conocía y puso en contacto de la Hermandad al imaginero D. Antonio Joaquín Dubé de Luque, autor de las imágenes de su Hermandad, ayudó a la elección del imaginero. De esta forma, el 19 de junio, una representación de la junta se desplaza hasta el estudio del imaginero, en la calle Alfarería del sevillano barrio de Triana. El ilustre imaginero se mostró muy ilusionado con el encargo (ya que sería la primera imagen de la Esperanza Macarena que realizaría para Andalucía), y ese mismo día, firman el contrato de ejecución de la imagen de la Esperanza Macarena, acordando que esta sería una réplica a tamaño natural de la imagen sevillana, matriz de la advocación. En dicho contrato, también se habla de la ejecución de la imagen del Señor de la Sentencia. La Hermandad se centraría en un primer momento en la imagen de la Esperanza Macarena. 

Un tiempo más tarde, en la reunión mantenida el 26 de junio de 1987, el presidente de la Asociación, a efectos prácticos el hermano mayor, D. Pedro Fernández Muñoz, dimitía. Tras ese comunicado, el teniente hermano mayor, D. Antonio Navarro del Pino, proponía que toda la junta hiciera lo mismo para empezar de cero con una junta renovada. De esa forma, en la siguiente reunión mantenida el 6 de julio de 1987, D. Antonio Navarro del Pino se postraba como candidato y era elegido por los presentes como nuevo presidente de la Asociación, a efectos prácticos hermano mayor. Una de las primeras decisiones que toma esta nueva junta de gobierno es la de crear una comisión que periódicamente se desplazara a Sevilla para seguir los avances en los trabajos de la hechura de la Esperanza Macarena en la gubia de D. Antonio J. Dubé de Luque. Cuentan los cofrades que hicieron esos viajes, que en una de las ocasiones quedaron tremendamente sorprendidos al ver en el estudio del maestro sevillano un sin fin de imágenes de la Esperanza Macarena hispalense puesto que Dubé quería que su Esperanza Macarena fuera lo más parecida posible a la sevillana. De hecho, el periodista Cristóbal Cervantes, en el pregón que realizó para nuestra Hermandad en la cuaresma de 2019, el  XII Pregón Macareno, leía una carta que el propio Dubé de Luque le hizo llegar para que fuera leída ese día. Nuestro querido maestro recordaba así esos momentos.

Mientras el maestro se encontraba realizando la imagen de la Esperanza Macarena, la nueva junta emprendía otro de los grandes objetivos que tenían que cumplir, encontrar una Parroquia para poder formalizarse como Hermandad. Fue entonces cuando tras otras negativas, se tocó la puerta correcta sin aun saberlo. La Parroquia del barrio donde se estaba asentando la Hermandad, la Parroquia de San Ildefonso de Toledo en el barrio de la Plaza de Toros de Almería. Por entonces, su párroco era D. José Yélamos Rubio, quién decide estudiar el proyecto que los jóvenes macarenos le proponían y hacer lo propio con la comunidad Parroquial y con el Obispado. Fue entonces cuando los cofrades de la Hermandad entendieron que debían volcarse con la vida de la Parroquia, creando así un fuerte vínculo entre ambos, sintiendo ya a la Hermandad como una comunidad más dentro del seno parroquial.

Así, llegó el 8 de marzo de 1988, cuando el imaginero sevillano llamaba a los directivos para comunicarles que la imagen ya estaba concluida. Este comunicado ilusionó enormemente a la junta quien rápidamente organizó lo necesario para desplazarse hasta Sevilla para recoger la imagen. De esta forma, el 12 de marzo la junta se dirigió a Sevilla llegando a Almería en la madrugada del día 13 tras un viaje de más de trece horas. La imagen se dispuso en la casa de Hermandad de la Calle Quintana en una de las habitaciones que se habían confeccionado con un pequeño altar para la ocasión. Allí sería colocada la imagen de la Esperanza Macarena que tras ser retocada su vestimenta a primera hora de la mañana del domingo por el vestidor de la Virgen de la Merced de la Hermandad del Prendimiento, D. Juan Antonio Barrios, se dispuso para que los cofrades y vecinos del barrio pudieran visitar a la que desde entonces sería «la vecina más guapa de la Plaza de Toros». Los miembros de aquella junta cuentan que aquella mañana el ir y venir de personas que querían ver por ellos mismos el rostro de la Madre de Dios, fue «asombroso». «Muchos quedaban petrificados y tan solo podían expresar algunos rezos y, sobre todo, muchas lágrimas». En semanas posteriores las colas no cesaban y ese pequeño altar se empezó a convertir en un sitio de culto, algo que la junta directiva no quería de ningún modo, por lo que volvieron a contactar con D. José Yélamos Rubio, párroco de San Ildefonso, con el fin de que visitara él mismo la imagen y lo que Ella había despertado entre los vecinos del barrio. Y esa visita se produjo, tras múltiples intentos, la última semana del mes abril cuando la Hermandad estaba inmersa en la preparación de las cruces de mayo, ya que muchos de los feligreses eran los vecinos que día tras día la visitaban y estos se lo hacían llegar a su párroco. Cuentan los hermanos que presenciaron esa visita, que la emoción que sintieron en aquel momento, cuando vieron por primera vez rezar a un miembro de la Iglesia ante la Virgen incluso llegando este a emocionarse, «fue indescriptible» hasta tal punto de que muchos comenzaron a ver más cerca el ansiado fin de la búsqueda de la sede canónica, siendo además la Parroquia del barrio donde la Esperanza Macarena ya comenzaba a hacer nacer su devoción. Fue al terminar la celebración de las cruces cuando D. José Yélamos Rubio volvió a personarse en la casa de Hermandad para dar a la junta directiva la noticia de la autorización del Obispado para que la Esperanza Macarena fuera trasladada a San Ildefonso donde sería bendecida y donde desde entonces residiría. 

La Esperanza Macarena en el altar preparado para su llegada a Almería en la casa de Hermandad de la calle Quintana.
Fue vestida en Sevilla por D. José Garduño y retocada en Almería por el vestidor de la Virgen de la Merded, D. Juan Antonio Barrios
Centenares de vecinos del barrio fueron a visitarla, sorprendiéndose enormemente al encontrarse con Ella.

Ahora, el reto de la junta directiva era organizar ese traslado, el que sería la primera aparición pública de la Hermandad. Por ello, los macarenos trabajaron día y noche para que el barrio pudiera conocer de la mejor forma posible a la Hermandad que estaba naciendo en su seno. Así, se acordó con D. José Yélamos Rubio que la fecha para su realización fuera el 28 de mayo de 1988, realizándose la salida a las 18:30 horas y la misa de bendición a las 19:30 horas. También se decidió que debido al acercamiento que ya se había producido entre la Esperanza Macarena y el Comisario Jefe del Cuerpo Nacional de Policía, D. Antonio Martín González, y su esposa, Dña. Antonia Barranco Terrón, fueran ellos los padrinos de la bendición de la Virgen.

Así, llegó el ansiado día 28 de mayo a las 18:30 horas cuando el cortejo emprendió ese viaje histórico por las calles del barrio, partiendo de ese local de la Calle Quintana, para seguir por la Calle de las Cruces, Calvario, Emilio Berruezo, Palma, Doctor Paco Pérez, Restoy, Calvario, Circunvalación Plaza de Toros, Avenida Vilchez (sentido descendente), Acosta, Enrique Granados y entrada en la Parroquia de San Ildefonso. Finalmente, la imagen de la Esperanza Macarena fue colocada a la izquierda del altar mayor (según se mira) realizándose así la bendición. Durante esta, el Comisario Jefe del Cuerpo Nacional de Policía, D. Antonio Martín González, en su apadrinamiento, le otorgó a la Esperanza el escudo de oro del Cuerpo Nacional de Policía y el hermano mayor de la Hermandad de las Angustias hizo lo propio con el escudo de oro de su Hermandad. Tras la bendición, la imagen de la Esperanza fue situada en la parte derecha de la entrada de la calle Enrique Granados, donde actualmente se encuentra la pila bautismal. 

Ahora sí, estaba todo listo para que la Hermandad comenzara ese sueño de convertirse en Hermandad. A nivel interno, como se viene expresando, las dos cuestiones más importantes ya se habían conseguido y el siguiente gran paso era la elaboración de los Estatutos para erigir definitivamente la Hermandad. Pero, mientras esto se hacía posible, la junta directiva comenzó a emprender también otros trabajos como la elaboración de una corona para la Esperanza Macarena. 

Ya en enero de 1989, se consigue elaborar los primeros Estatutos de la Hermandad que tras varios meses de trabajo se aprueban en junta el 20 de mayo de ese año, pero el Obispado los devuelve y ordena la corrección de unos puntos. Además, el 10 de junio se celebra el primer Cabildo de Hermanos. Casi un mes después, el 8 de julio, tenían lugar las primeras elecciones de la Hermandad -ya que los presidentes de la Asociación, a efectos prácticos hermanos mayores, fueron elegidos por las propias juntas directivas- siendo en este caso electo D. Juan Estrada Matarín, quien encabezaba la única candidatura presentada. Ya entonces, la Parroquia tenía nuevo Párroco, D. Ambrosio Vita Pelayo, quien sería también director espiritual de la Hermandad. 

Esta numerosa nueva junta tuvo que emprender los dos siguientes grandes desafíos de la Hermandad como era la rectificación que el Obispado había señalado sobre los Estatutos para su aprobación, para lo que se pide la colaboración de D. Ambrosio Vita Pelayo, y la culminación de la otra imagen titular de la Hermandad, Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que el imaginero D. Antonio J. Dubé de Luque estaba tallando, al igual que hizo con la Esperanza. Y esa primera tarea se consigue el 4 de junio de 1990, cuando el Obispado, siendo el Obispo D. Rosendo Álvarez Gastón, daba por aprobados los Estatutos de la Hermandad, erigiéndose, ahora sí, como Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de la Esperanza Macarena.

Fue el 19 de octubre cuando la primera Junta de Gobierno de la Hermandad juraba los cargos quedando finalmente constituida con D. Juan Estrada Matarín como hermano mayor, D. Cristóbal Acacio Reverte como teniente hermano mayor, D. Francisco Sánchez Puertas como secretario, D. Ignacio Burgos Almansa como tesorero, D. Francisco Martínez Gómez como diputado mayor de gobierno, D. Nicolás Hernández Ortíz como prioste del paso del Cristo, D. Francisco Martínez Salmerón como prioste del paso de la Virgen, D. Andrés Jiménez Ojeda como mayordomo, D. Antonio Jiménez Cuadrado y D. José Martínez Hernández como diputado de tramo, D. Mariano Benavides Berenguel como fabriquero, D. Rafael Jurado López como consejero, Dña. Teresa Boga Urrutia como camarera mayor, Dña. Francisca Ibáñez González como camarera capillista y D. Ambrosio Vita Pelayo como Director Espiritual. 

Meses más tarde, el 10 de diciembre se realiza la primera imposición de medallas y en el Triduo celebrado en honor a la Esperanza Macarena llegaría el otro gran hito de esta época de la Hermandad. El día 16 de diciembre, la imagen del Señor de la Sentencia llegaba a Almería y era bendecida en la Parroquia de San Ildefonso por el párroco y Director Espiritual de la Hermandad, D. Ambrosio Vita Pelayo. A pesar de la gran devoción que la Virgen despertó en el barrio y lo que significó su bendición y su llegada a la Parroquia, tanto para la Hermandad como para el barrio, la llegada del Señor terminó de dar sentido a los corazones macarenos. La imponente imagen contrastaba enormemente con la de dulzura de la Esperanza y los macarenos pudieron comprender esas cinco lágrimas que nuestra Madre tiene en su bellísimo rostro. La inigualable gubia del maestro Dubé de Luque consiguió que el dolor del Señor se palpara y a diferencia de las lágrimas que la Esperanza provocó en los primeros que la contemplaron, lo que Él generó era simplemente petrificación. Los macarenos solo lo miraban y sin saber por qué, callaban y contemplaban el rostro del que ya era el hijo de la Esperanza. Se quedaban cautivos de esa mirada de dolor, de ese ceño fruncido en el que una espina de su corona se clavaba, de esa boca semiabierta que parecía pedir ayuda ante lo que se estaba pronunciando en su presencia, de esas manos maniatadas que se estiraban para que sus hijos macarenos pudieran tocar al mismo Dios. El Señor de la Sentencia llegó al barrio que su Madre estrenó donde todos sus hijos esperaban ansiadamente conocerlo y quienes pronto lo acogieron como «el moreno de la Plaza de Toros» para comenzar a crear el legado romano que gira a día de hoy entorno a la devoción a la imagen de Nuestro Señor.

 

El Señor de la sentencia durante su bendición

A fines del año noventa, nuestra Hermandad ya era Hermandad, tenia sus Estatutos y su primera Junta de Gobierno oficial y rendía culto a sus dos imágenes titulares, María Santísima de la Esperanza Macarena y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, en la Parroquia del barrio que nos vio nacer, la Parroquia de San Ildefonso de la Plaza de Toros. El sueño de aquellos jóvenes ya era una realidad. 

La Hermandad de la Macarena sale por primera vez a las calles de Almería

Nos adentramos ya en 1991, otro año, que a pesar de todo lo conseguido -expuesto ya en estas líneas- iba a ser histórico para nuestra Hermandad, al realizarse la primera Estación de Penitencia de nuestra historia tras incorporarnos a la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería. Del mismo modo en el mes de febrero se aprueba el cambio de la casa de Hermandad a un nuevo local situado en la cercana calle Capitán García Andújar, con el fin de habilitar unas mejores dependencias para la situación que la Hermandad ya vivía y, además, realizar una recolecta de donativos para poder sufragar los gastos de esa primera salida procesional que ya se estaba organizando. Esta recolecta se hizo por el barrio, quien respondió, como no podía ser de otra manera, de forma brillante, pudiendo la Hermandad emprender estos gastos. Otras de las decisiones que tomó la Junta de Gobierno en esta primera cuaresma como Hermandad fue la de encargar los respiraderos del paso de la Esperanza al taller de Orfebrería Andaluza ‘Hermanos de los Ríos’ y la confección de una túnica para el Señor de la Sentencia. Sin duda, la primera salida procesional de la Hermandad era el gran aliciente de aquella Semana Santa, como así recogió el propio pregonero de nuestra Semana Mayor en el pregón oficial, D. José Luis Pavón.

FRAGMENTO DEL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE ALMERÍA DE 1991 PRONUNCIADO POR D. JOSÉ LUIS PAVÓN

“Cuando hayan quedado atrás, entre el rumor de saetas y el peculiar sonido de las cornetas y tambores, las procesiones de la jornada del Domingo, se abrirán las puertas de San Ildefonso para dar paso a la nueva Hermandad de la Sentencia de Cristo y la Virgen de la Esperanza Macarena. Se presiente la sombra de la Cruz, en la calle de la Merced, en la tarde- noche del Lunes Santo. Cristo es sentenciado por Pilatos y basta un chorro de agua para limpiar su conciencia. Y tú no te apenas, Cristo mío, no abres los labios, no dices ni una palabra para salvar tu vida. Yo sé, Cristo de Humildad, que tu muerte es inevitable, pero déjame al menos que intente consolar a tu Madre. A ti Esperanza Macarena, Azucena bendita. Yo no puedo cantarte romances de angustias y de tristezas, yo tengo que teñir mi pluma de la Esperanza, de tu nombre, alegría de tu barrio”.

Finalmente, el 25 de marzo de 1991, Lunes Santo, la Hermandad rescató esta jornada de nuestra Semana Santa almeriense, entonces huérfana, en una estación de penitencia que fue «un éxito total». Las puertas de San Ildefonso se abrieron por primera vez para ver salir al Señor de la Sentencia y a la Esperanza Macarena a las 21:00 horas. El cortejo discurrió por la calle Acosta para dirigirse a la Circunvalación de la Plaza de Toros por la calle Enrique Granados. Desde allí, encaró la Avenida Vilches para revirar a la Calle Granada y de ahí a la calle Triunfo, para adentrarse en la Plaza de San Sebastián. A continuación, el cortejo avanzó por González Garbín, San Leonardo, Obispo Orberá, Javier Sanz y la Rambla de Almería, para entrar por General Tamayo a la Carrera Oficial, por entonces en el Paseo de Almería. El recorrido de vuelta transcurrió por la Avenida Pablo Iglesias, continuando por la calle Cruces. Ya de vuelta en el barrio, se reviró a la calle Calvario para adentrarse de nuevo en la Circunvalación de la Plaza de Toros, volviendo el cortejo a discurrir por el frente de la puerta principal de la Plaza de Toros, revirando finalmente a la calle de las Mercedes donde se produjo la entrada a las 00:30 horas. La Esperanza procesionó sin palio, en un paso confeccionado por la Hermandad con esos primeros enseres que se fueron encargando y portada por costaleros hermanos de la Hermandad. Las notas musicales las puso la Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas y el cuerpo de costaleros fue capitaneado por D. Francisco Martín Salmerón. En el caso del Señor, procesionó solo, al estilo cautivo, en un paso confeccionado por la Hermandad con enseres prestados por otras y portado por los costaleros de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli, de la Hermandad del Prendimiento, quien hizo de padrino de esta primera salida procesional, y acompañado musicalmente por la Banda De la Cruz Roja, preludio de la Banda de la Esperanza Macarena, posterior Banda de cornetas y Tambores Santa Cruz de Almería.

Tras este momento histórico, los macarenos emprendieron un año de mucho trabajo y de adaptación a la nueva vida de Hermandad en la Parroquia, con los cultos, con los nuevos hermanos que se unían a la corporación y siempre sin dejar de buscar la entrada económica con diferentes actividades que sirvieran para recaudar dinero. Todo este trabajo desembocó en que al año siguiente, en 1992, el que era hermano mayor, D. Juan Estrada Matarín, tomara la decisión de presentar su dimisión, entendiendo la junta que debía posponerse al verano, para no afectar a la estación de penitencia. De este forma, tras otra estación de penitencia que fue muy similar a la primera del año 1991, en cuanto a organización y a resultado, se ponía fin a la legislatura de la primera junta de Gobierno oficial de nuestra Hermandad, que desemboca en momentos de incertidumbre llegándose a formar una junta gestora que fue presidida por D. José Antonio Miras Asensio, pero un par de meses más tarde, D. Nicolás Hernández Ortiz consigue que la Agrupación convoque nuevamente elecciones postulándose él al frente de una candidatura. Estas elecciones tuvieron lugar el 17 de octubre, teniendo como resultado 82 votos, los cuales todos fueron a favor de la candidatura presentada.

A pesar de que esta etapa comenzaba con esa incertidumbre comentada, sería una de las más brillantes que los macarenos hemos podido disfrutar como hermanos, gracias a un grandísimo trabajo que D. Nicolás Hernandez Ortíz y sus juntas de gobierno llevaron a cabo. Son muchos los que siguen pensando a día de hoy, que fue el periodo de más esplendor de nuestra Hermandad. Se decidió integrar la banda que ya había procesionado con el Señor de la Sentencia en sus dos primeras estaciones de penitencia, cuyo director, D. Juan Capel, era directivo de la junta, se decide también continuar con la erección del paso de palio de la Esperanza Macarena, que en esos dos primeros años procesión sin palio, se publica el primer boletín de la Hermandad, se comienzan a adquirir las primeras insignias para el cortejo, como fue el Senatus y se hace una reformulación de los Estatutos (que sería aprobados meses más tarde, el 7 de junio de 1993). A pesar de todo este trabajo, la estación de penitencia de ese año, mantendría la estética de los años anteriores.

No sería hasta la Semana Santa de 1994, cuando se comenzaría a mostrar el reflejo del gran trabajo que se estaba realizando a nivel interno, al procesionar la Macarena por primera vez bajo palio. Era el reflejo de crecimiento, de mucho trabajo de una Hermandad y un barrio humilde que podía, ahora sí, sacar a su titular a las calles de Almería entronizada en un paso que estuviese a la altura de la carga devocional que ya tenía la Esperanza Macarena. Fue tal este hito, que incluso el cartel de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería que anunciaría la Semana Santa de 1995 -el año siguiente- era esta estampa de la Esperanza Macarena, bajo palio, con toda su candelería encendida, ante la atenta mirada de muchos almerienses en el discurrir por el casco histórico, todo ello recogido en una fotografía por D. Gabriel Martín Gázquez.

Pero antes, el 18 de octubre de 1994, la Hermandad recibía una ilusionante carta emitida por la Hermandad de la Santa Cena, quienes nos proponían realizar un hermanamiento entre ambas corporaciones. La Hermandad, ya desde el 29 de octubre, acepta la propuesta y se forma una comisión con cuatro miembros de cada junta para organizar y formalizar el hermanamiento -este se produciría meses más tarde en dos actos, uno en la Parroquia de San Pedro y otro en la Parroquia de San Ildefonso-.

De nuevo, el gran momento de la Hermandad vendría en Semana Santa. Tras haber estrenado el palio de la Macarena, este año era el turno del Señor. La junta de gobierno había tomado la determinación de ir avanzando con los dos pasos de manera más o menos pareja y por ello, tras el último estreno, se contactó con el imaginero gaditano D. Luis González Rey, para la hechura de las imágenes secundarias que acompañarían al Señor de la Sentencia en su futuro paso de misterio. Y en la Semana Santa de 1995, el Señor de la Sentencia salió por primera vez acompañado de imágenes secundarias, que en este caso fueron el lector y dos centuriones romanos. Este año, aun no se había comenzado con la elaboración del paso de misterio, por lo que dicha salida procesional se realizó en el paso confeccionado por la Hermandad, donde anteriormente había salido solo. Pero antes de esa propia Semana Santa, la Hermandad ya estaba en busca de un proyecto para la ejecución del paso de misterio que albergaría toda la representación iconográfica de la Sentencia de Cristo, siendo finalmente el elegido el del sevillano D. Antonio Ibáñez Valles. 

Tan solo un año después, el Domingo de Ramos de 1996, 31 de marzo, el nuevo paso del Señor de la Sentencia era bendecido en la Parroquia de San Ildefonso por D. Ambrosio Vita Pelayo, actuando como padrinos el Doctor D. Juan Francisco Megino López y su esposa. Siendo así la Semana Santa de 1996 cuando se estrenaría por primera vez la ebanistería, junto con nuevas imágenes secundarias que venían a sumarse a las tres ya realizadas. En este caso, se trataba de Poncio Pilato, su esposa Claudia Prócula y otro centurión romano, así como las tres columnas -aún en madera y sin la representación de la loba en la parte superior- que custodian la trasera del paso. De nuevo, sería el gran estreno de esta Semana Santa almeriense, que finalmente sería de las más trágicas de nuestra historia debido al incendio producido en la Catedral, que acabó con los pasos y las imágenes del Señor Cautivo de Medinaceli y de Nuestra Señora de la Merced de la Hermandad del Prendimiento, así como el de la Virgen de la Paz de la Hermandad de la Borriquita.

De esta forma, entre 1996 y 1998, la junta de gobierno consiguió terminar todo el conjunto escultórico del misterio del Señor de la Sentencia y los candelabros del paso, que pese a no presentar la misma distribución de las imágenes así como no presentar nada del tallado, ya se iba vislumbrando el misterio que se estaba gestando y que vendría a ser uno de los más imponentes de la capital por sus dimensiones, por la cantidad de imágenes que portaba, por la calidad artística de las mismas y por el conjunto iconográfico que conformaban.

Por su parte, el paso de palio también estaba viviendo una considerable mejoría con la incorporación de diferentes piezas de candelaria, jarras o faroles de cola, que iban haciendo del paso de palio otra gran pieza patrimonial. 

Ya en el año 1999, último año de la legislatura de la junta de gobierno, ocurriría otro de los grandes hitos de nuestra Hermandad al nombrar a D. Antonio Martín González, Comisario jefe de la Comisaría de la Policía Nacional de Almería y a su esposa, ambos padrinos de la bendición de la Esperanza Macarena, y al Cuerpo Nacional de Policía Hermanos Mayores Honorarios de nuestra Hermandad. Del mismo modo, se le concede este  mismo título al torero Pepín Jiménez y el de Camarera Mayor Honoraria a su esposa, por la cercanía que mostraban con la imagen de la Macarena y la buena relación que mantenían con diferentes miembros de la junta de gobierno. Unos meses más tarde, el Señor de la Sentencia presidiría el Vía Crucis general de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería. 

Llegaba el mes de noviembre y se ponía fin al mandato de D. Nicolás Hernandez al celebrarse las elecciones el día 27 con la única candidatura presentada encabezada por D. José Luis Galetti Ronda que consiguió el apoyo de los hermanos. Se ponía fin a un mandato que había dejado en la Hermandad un paso de palio, de facto, un paso de misterio completo, un hermanamiento con la Hermandad de la Santa Cena, el nombramiento de los Hermanos Mayores Honorarios y una expansión enorme por toda la capital protagonizando carteles y Vía-Crucis generales. Como decíamos al principio, quizá uno de los mandatos de más esplendor en nuestra historia. 

Esta nueva etapa se caracterizaría por el avance en la ejecución de ambos pasos, como el tallado del paso de misterio, así como en un aumento considerable del patrimonio bordado de la Hermandad, gracias a la activación del taller propio de la Hermandad. En el año 2000, ya se comienza a estudiar la forma para incorporar a una tercera titular con la advocación del Rosario, hecho que no ocurriría hasta años posteriores. También, se produce otro de los hitos de nuestra Hermandad al realizarse el hermanamiento con la Hermandad de la Sentencia de Úbeda en el año 2002, por los lazos colaborativos que surgieron entre ambas corporaciones. Ya el 30 de noviembre de 2002, se vuelven a convocar elecciones, saliendo reelegido D. José Luis Galetti Ronda. Durante esta segunda legislatura, en 2005, tiene lugar el Santo Entierro Magno en el que la Hermandad participa procesionando con el Señor de la Sentencia en su paso de misterio. 

Tras esta procesión magna, en octubre, la Hermandad volvería a vivir un proceso electoral, en el cual fue elegida la única candidatura presentada encabezada por D. Antonio Barón Madrid, legislatura que no duraría más de unos meses, al presentar el elegido como Hermano Mayor su dimisión tras la Semana Santa de ese año. Finalmente se acuerda que lo sustituiría D. Felix Miguel Donis como Hermano Mayor, formando este una nueva junta, hasta que en 2009 se celebran elecciones, saliendo ahora sí elegido por los hermanos. El proyecto más importante que tenía esta nueva legislatura era el del 25 aniversario que tendría lugar en 2011 y que desde el inicio se empieza a estudiar su celebración. Antes, la Esperanza Macarena, en 2009 viviría su primera restauración, teniendo que ser transportada hasta Sevilla, para que su imaginero, D. Antonio J. Dubé de Luque revisara una pequeña grieta que esta apareciendo en la mascarilla. 

Durante el 2010, también se produce una reforma importante en nuestra Parroquia, que culmina con una nueva ubicación para nuestros titulares, situándose donde se encuentra actualmente, lugar que antaño ocupaban los confesionarios. Un lugar más acorde a la devoción que ya tenían el Señor y la Santísima Virgen. 

Ya en 2010, se crea la comisión para la organización del XXV Aniversario fundacional, que se inaugura con la presentación de los actos y del cartel conmemorativo el día 15 de mayo de 2011 en la Parroquia de San Ildefonso, acompañado de un concierto de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz de Almería. Unos días después, el 29 de mayo, tenía lugar, también en la Parroquia de San Ildefonso, la predicación del pregón a cargo de D. José Rafael López Usero.

En  el mes de septiembre tendría lugar el siguiente acto del aniversario. En esta ocasión se celebraba la exposición de enseres que se había organizado en la Diputación de Almería y que ocupó desde el día 16 hasta el día 31 la sala de exposiciones en los bajos de las instalaciones del Área de Bienestar Social, en el número 32 de la calle Rambla Alfareros. 

En el mes de octubre, el día 15, tendría lugar el acto más importante del aniversario, la salida extraordinaria de la Esperanza Macarena. Como se podía esperar, la participación de los hermanos fue muy alta, al igual que la asistencia de público cofrade por todas las calles por las que discurrió el cortejo. Algunas de las estampas más esperadas era la de la Virgen encarando la Plaza de Toros, monumento histórico de nuestro barrio o la del encuentro con la Hermandad del Amor en la Plaza de San Sebastián, entre otros.  La Virgen fue vestida por D. Álvaro Abril Vela, que desde el 6 de marzo de ese año era su vestidor oficial. Así, procesionó con una saya de terciopelo rojo, prestada por la Hermandad de las Tres Caídas de Granada; un manto de estreno donado por uno de sus costaleros, de color verde oscuro adamascado con incrustaciones y filigrana de relieve en oro y confeccionado en los talleres de la Hermandad y con una toca de sobremanto de María Santísima de Fe y Caridad, prestado por nuestra querida Hermandad de la Santa Cena, que de este modo estuvo presente en este momento tan importante. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música de Torredonjimeno, que desde el año 2009, ya acompañaba a la Esperanza en las tardes-noches de Lunes Santo.

Ya entrados en 2012, tras realizar otros actos para conmemorar esta efeméride, durante la cuaresma se realizó el Vía-Crucis del Señor de la Sentencia, pero al estar todavía inversos en los actos del XXV Aniversario, se hizo en el paso del Nazareno, que gentilmente nos prestó la Hermandad del Encuentro, otorgándonos una estampa insólita.

Los cultos en honor a la Esperanza Macarena, celebrados en el mes de diciembre, tuvieron también ese carácter extraordinario por situarse dentro de esta efeméride con la que celebrábamos nuestro primer cuarto de vida. Precisamente, en el día de la Esperanza y estando la Santísima Virgen expuesta en Solemne Besamanos, el alcalde de Almería, D. Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, le otorgó a la Macarena el escudo de oro de la ciudad de Almería. Él mismo se lo colocó en Su pecherín, queriendo el Excmo. Ayuntamiento de nuestra ciudad reconocer la labor que nuestra Hermandad estaba haciendo, ya no solo en su barrio, sino en toda Almería y por la gran devoción que habían despertado la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena y Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. 

Tras la estación de penitencia del Lunes Santo, la cual se anunció con un cartel fotográfico de la procesión extraordinaria, se celebró el 28 de abril la misa de Hermandad en la que se clausuraba el XXV Aniversario en nuestra Parroquia de San Ildefonso. Esta, estuvo presidida y predicada por el Excmo. y Rvdmo. Sr Dr. D. Adolfo González Montes, Obispo de Almería, y concelebrada por el Consiliario de la Hermandad y Párroco de San Ildefonso Rvdo. P. D. Francisco Salazar Zamora.

El 22 de septiembre de 2012 se lleva a cabo el cabildo de elecciones en el que es elegido D. Francisco Javier Giménez López como Hermano Mayor. Si antes hablábamos de la esplendorosa etapa de D. Nicolás Hernández como Hermano Mayor, muchos están de acuerdo en que D. Francisco Javier trajo a la Hermandad otro periodo de importantísimos avances. Y esto se debió a que trajo una modernización y una adaptación de la Hermandad al momento en el que vivía, pero sobre todo, a conseguir culminar el gran sueño de los macarenos de incorporar la tercera titular, Nuestra Señora del Santo Rosario. 

Para ello, se tuvo que hacer una reformulación de los estatutos (2014) y de todos los elementos corporativos al contar ahora la Hermandad con una nueva titular. Escudo, denominación y la incorporación de la celebración de su festividad. Por otro lado, también se consiguió llevar por primera vez a la Esperanza Macarena a la Capilla de la Plaza de Toros, para que la presidiera durante la feria taurina, uniendo así a los dos grandes pilares de nuestro barrio. Otro hito de estos años fue la remodelación de la misa de Nazarenos, invitando a partir de 2013 a una representación del Cuerpo Nacional de Policía para que fuera el Comisario Jefe quien pusiera el Ángel Custodio a los pies de la Esperanza y para que vivieran con nosotros esta misa tan especial. 

Pero también, lo que trajeron estas legislaturas, fue mucho trabajo y muchas recompensas. Gracias a la realización de chiringuitos en las fiestas de los barrios, la Hermandad consiguió tener muchos más ingresos lo que permitió terminar proyectos como la talla completa del paso de misterio, culminada en 2015, la realización del bordado de las bambalinas del paso de palio, el cambio estético del hábito de nazareno o el inicio del gran proyecto de la casa de Hermandad-Museo.

Se mejoró la estética de la Hermandad en la calle añadiendo mucha más uniformidad, se dotaron los cultos de más solemnidad y se comenzaron a mejorar los altares y, lo más importante, se comenzó a realizar salidas procesionales con la nueva titular, Nuestra Señora del Santo Rosario.

De hecho, fue tal la alegría al recibir a nuestra tercera titular, que se concretó con la Hermandad de la Macarena de Sevilla, una sesión fotográfica en la que es la cuna de todo macareno, la Basílica de la Esperanza Macarena, recogiendo un momento histórico. 

Todo esto se vio reflejado en una mayor y mejor vida de Hermandad, aumentando en el número de hermanos, haciendo crecer la devoción a nuestros titulares y fomentando enormemente la participación activa de todos ellos. Y fruto de todo este trabajo, a día de hoy, somos la Hermandad que somos, en culto externo, en culto interno y en crecimiento patrimonial y humano. 

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